La humanidad vive una crisis existencial, y aún en esta situación prefiere ignorar lo que sucede y el dolor que esto causa. Lo que hoy vivimos no es un mal año sino un proceso de extinción. Una advertencia ya no solo de las jerarquías celestes sino también de la ciencia humana. El humano no tiene hasta el año 2050 para corregir su camino. Las promesas de un mejor mundo para el 2050 son mentiras del poder que anteponen su avaricia a la vida humana.
A través de este sitio he advertido de la purificación de nuestro planeta a través de la naturaleza y de eventos cósmicos que impactaran nuestro planeta. No solo eso, en el año 2020 recibí dos mensajes importantes con respecto a nuestro futuro. Uno de nuestro Padre y otro de nuestra madre espiritual, la virgen Maria.
El año pasado durante una caminata por un parque, la Virgen Maria, nuestra madre espiritual, me ha dado una visión. En esta visión pude ver a mucha gente con sus ojos muy muy grandes llenos de miedo. Estaban en shock y no podían creer lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos. Eran testigos de eventos catastróficos de proporciones bíblicas y el dolor que sentían no se puede explicar con palabras. En sus rostros vi un miedo que jamas había visto en mi vida. Esta visión es el gran dolor del cual la madre celeste advirtió en sus apariciones, y que hoy a través de mi y otros mensajeros nos lo vuelve a recordad por que el evento está muy cerca.
El padre me dio una visión a principios del 2020 que se desarrollaría en cuestión de semanas y la cual está aún en proceso. En esta visión vi una cabeza que simbolizaba a la humanidad y en ella había mucha rabia en su cara. De esta se formo otra cara y ya eran dos. Una en el lado izquierdo y la otra en el lado derecho, y las dos estaban llenas de rabia y se gritaban la una a la otra. Atrás de esta cabeza con dos caras y ahora con un cuerpo, estaba el Padre glorioso. De él salió un rayo y dividió a la cabeza en dos. Cada una tenia el cuello de una serpiente e inmediatamente de su separación las dos cabezas se encararon y comenzaron a insultarse. Cada una controlaba una mano y buscaban hacerse daño, pero el daño era siempre para las dos pues compartían el mismo cuerpo. Y nuestro Padre dijo, la humanidad esta desahuciada, yo dividiré al mal para que se destruya entre sí. Y verán al poder ponerse en contra de sí mismo, los pueblos se dividirán, y las familias también. Solo aquellos en el camino de la verdad, sin importar su credo, serán salvados pues verán con claridad el pecado del hombre y no caerán. Esta es palabra del Padre.
Los días están siendo acortados, y la salvación de nuestra sociedad cuelga de un hilo. La esperanza de que este milagro suceda es lo que mueve a las jerarquías celestes a darnos una mano. Sin embargo, la salvación individual siempre ha dependido, depende, y dependerá de nosotros. Debemos hacer muchos sacrificios y ser muy buenos si queremos ver la nueva era - el reino prometido.
Dante J
Fraternidad Cósmica
Enero 02, 2021