Caminar por el camino de la justicia hoy en día requiere de muchos sacrificios y de mucha voluntad, pues se viven y vivirán pruebas muy grandes. Vivimos en un mundo que está en proceso de normalizar la perversión destruyendo así los valores de la familia y la juventud. Vivimos en una sociedad que se idolatra ha sí misma y pone a la materia como el valor máximo, incluso por encima de la vida. Todos quieren ir al cielo, pero cuantos están dispuestos a llevar una vida digna de ello? La fe no es solo para el día de misa, sino un deber de cada día. Muchos serán los llamados pero poco serán los elegidos, por que para ser elegido se debe imponer la justicia y el amor ante todas las cosas. Incluso por encima de la familia misma.
No es diferente para todos aquellos, que así como yo, comparten mensajes de los hermanos del Cosmo. Para ser iniciado se debe comenzar un cambio interno que nos lleve a corregir nuestras vidas. Un proceso que nunca termina - Siempre se tiene luchar por ser mejor de lo que fuimos ayer. No en lo material sino en lo espiritual - en nuestros valores y ética. Comparto la visión que se me dio adonde comenzó todo:
Abro mis ojos y me encuentro en el atrio de la iglesia de mi pueblo natal. El día tiene un tinte de atardecer y el atrio parece ser más grande de lo que realmente es. En ese momento sentí una necesidad de mirar al cielo, y allí pude ver una nave espacial metálica flotando por encima de la iglesia. En menos de una fracción de segundo, la nave se estrello contra el suelo abriendo una grieta que formo una cruz. Me acerque a la cruz para ver qué había sucedido con la nave. La nave se encontraba en el centro, en el corazón de la cruz, adonde interceptan la linea vertical y horizontal. Pude ver que la nave tenia una luz brillante en la parte superior. De repente escuche una voz que provenía del cielo. Al mirar, pude observar a siete seres que sostenían un cetro en el cual posaba el padre sol. Los seres se dirigieron a mí con una voz muy profunda que llenaba los cielos. Ellos me pedieron caminar por el camino del bien y de rechazar la perversión humana para poder llevar acabo y consumar mi misión en la Tierra. En ese momento me hinco frente a ellos y al Padre y acepto. En ese momento termina la visión.
El camino del bien es difícil y muy rocoso, pero llena de alegría y de satisfacción el corazón. No vuelve a nadie rico en lo material, pero sí en lo espiritual. No nos vuelve perfectos, pero sí nos da la humildad de reconocer nuestros errores y corregirlos. Muchas veces a causa de hacer el bien, se termina al último pero no se aflijan por qué cuando llegue la hora del Padre serán los primeros.
Dante J
Fraternidad Cósmica
Junio 9, 2021