Mi contacto con los Guardianes Del Cosmos, a los cuales les debo muchísimo, no solo me ha mostrado una realidad basada en la justicia y el amor. También, me ha mostrado su gran sabiduría y sus recursos tecnológicos inimaginables para nuestra sociedad. Hoy no tengo un mensaje que contar sino una anécdota relacionada a las enseñanzas de Eugenio respecto al cerebro humano. El nos decía que el cerebro humano tiene un poder de transmisión y recepción irrepetible. Se pueden crear aparatos de recepción y transmisión de alto alcance pero nada como el cerebro humano creado por la inteligencia cósmica.
Durante mi adolescencia comenzó mi etapa inicial de contacto con los seres del Cosmos. Fue en este tiempo adonde vi varias veces los discos volantes. Todo comenzó en una noche de invierno. Me encontraba en mi casa cuando recibí un llamado en mi corazón, una invitación, a salir e ir al parte posterior de la casa. No sabia lo que presenciaría pero tampoco tuve miedo. Una vez llegue a donde me indicaron, me senté sobre la nieve y mire hacia las estrellas. Me llamo la atención una luz en le cielo que se movía lentamente de derecha a izquierda. En un principio pensé que era un avió pero al ver sus movimientos deduje que era un helicóptero. Al generar este pensamiento la luz comenzó a moverse de arriba hacia bajo. Entonces pensé que tal vez el piloto estaría practicando maniobras. Una vez mas, después de pensar esto la luz cambio sus movimientos y comenzó a moverse de una manera más rápida de arriba a abajo y de derecha a izquierda. En ese momento comencé a dudar de que fuera un helicóptero y me pregunte, de que será capaz esta luz en el cielo? De igual forma, después de haber pensado esto la luz comenzó a pulsar, a moverse más rápido en todas direcciones e incluso dibujaba una escalera con sus movimientos. La nave tenía la capacidad de no solo leer mis pensamientos sino también de reaccionar a la misma velocidad. Cuando estas naves son filmadas no es por una casualidad. Los pilotos de las naves permiten a estas personas de filmarlas a través de una conexión a la velocidad del pensamiento entre la nave y el cerebro del la persona.
Aprovecho este anécdota para, una vez más, dejar claro que los seres del Cosmos que pilotan estos discos volantes no son el enemigo de la humanidad. El enemigo de la humanidad es nuestro ego y miedos, por que es allí donde nace la división y autodestrucción. Ellos no vienen para destruir nuestra civilización, esto tristemente lo estamos haciendo nosotros, pero si para prevenir la destrucción de nuestro planeta. He hablado ya de esto en el mensaje “Plan Cósmico”. Esta es la verdad.
En paz espiritual,
Dante Jaramillo
Fraternidad Cósmica
Febrero 18, 2017
Estados Unidos de América